Todos los días son como los jodidos Lunes. Cuando te llamé quise decirte que podría haberme enamorado, pero no fue así. Somos tan iguales que no nos aguantamos más de diez minutos. Tu te enfadas, yo grito, tu te vas, yo vuelvo a gritar y siempre gana quien consigue que su orgullo quede intacto. Triste pero cierto.